Felipe Carlos Martín Bravo, un joven cuya vida se vio truncada en su adolescencia por una condena injusta y una implacable persecución mediática, tanto hacia él como hacia su familia, que dura ya más de tres décadas. Su historia es un desgarrador retrato de cómo el juicio social y la estigmatización pueden destruir la vida de una persona inocente.

Con profunda emoción y respeto, me complace anunciaros que estamos trabajando en la producción de un audiolibro que narrará la extraordinaria historia de vida de Felipe Carlos Martín Bravo. A través de este viaje autobiográfico, Felipe Carlos compartirá las lecciones invaluables que ha aprendido a lo largo de su trayectoria vital, fuertemente marcada por la privación de libertad, el rechazo social, la estigmatización, la persecución mediática, la emigración y el éxodo,  la resiliencia, el activismo social no violento, la defensa de los derechos humanos, la búsqueda de la sanación espiritual y el amor verdadero.

A la temprana edad de 16 años recién cumplidos, Felipe fue acusado de un crimen que no cometió, detenido, puesto a disposición judicial e internado como preso preventivo en una cárcel española de máxima seguridad, en un módulo destinado a los presos conflictivos y muy peligrosos. 

Víctima y desamparado de un sistema judicial fallido y una prensa sensacionalista, pasó casi dos años en condición de preso preventivo hasta que se celebró el juicio. Aunque en todo momento fue muy consciente de que estaba siendo sometido a un severo e implacable juicio mediático paralelo, que no respetaba su derecho a la presunción de inocencia y ejercía una fuerte presión sobre el tribunal, albergaba en su corazón la esperanza de lograr su absolución por los falsos cargos que se le imputaban. Sin embargo, con tan solo 17 años fue duramente condenado, teniendo que hacer frente a lo que el tribunal denominó "condena ejemplar" y a una pena desproporcionada que lo privó de su libertad durante más de 8 años consecutivos. No tenía mayoría de edad para votar y elegir en las urnas a sus representantes políticos, sin embargo, si tenía edad penal para soportar el peso de una condena de más de 20 años de reclusión en estricto régimen cerrado. 

Pero el calvario de Felipe no terminó ahí. Tras su liberación, ha continuado siendo objeto de un juicio mediático constante, que, en cierto sentido, lo ha convertido en una "figura pública" vilipendiada y estigmatizada. 

Gran parte de la sociedad lo ha condenado sin piedad, sin darle la oportunidad de evidenciar su inocencia ni respetar su integración en la vida civil ni su proceso de "reinserción social".

A pesar de la adversidad, Felipe nunca ha perdido la esperanza. Se apoya en valores y virtudes como el perdón, la reconciliación y la gratitud. 

Su fe y su espíritu inquebrantable lo han impulsado a seguir levantándose con ilusión y firmeza de cada caída para continuar trabajando por llevar una vida digna, proteger el respeto al honor de su familia así como por la reparación del daño causado. 

Trabaja incansablemente para colaborar en ayudar a otras personas, jóvenes y no tan jóvenes, que como él, sienten o han sentido la presión del juicio mediático, la estigmatización y el rechazo social, suponiendo para ellos todo esto un auténtico calvario que les limita e impide vivir la vida con dignidad.

Para ello comparte su experiencia personal ofreciendo "charlas" y "talleres" siempre que es requerido para ello por diferentes fundaciones, asociaciones y movimientos en defensa de la libertad, la paz y los derechos humanos.

Este audiolibro es un llamado a la reflexión y a la acción. Es una invitación a cuestionar los mecanismos de la justicia y a tomar conciencia del poder destructivo del juicio social.

La historia de Felipe, como la de tantos otros condenados al ostracismo en las denominadas "sociedades modernas", son una herida abierta en la conciencia colectiva de nuestra sociedad. 

Es un recordatorio de que la injusticia puede golpear a cualquiera, y que la verdad a menudo es silenciada por el fuerte ruido mediático, los arrolladores intereses partidistas y las destructivas ideologías polarizantes, dualistas y discriminatorias.

Unidos, es posible orar por la equidad para todos los injustamente perseguidos y condenados al ostracismo para romper el ciclo de la estigmatización social. 

Escuchemos su historia y abramos nuestros corazones a la VERDAD.

Juntos, podremos construir una sociedad más humana, más justa y mucho más equitativa.

"La fuerza del Espíritu, más allá del juicio"

Felipe Carlos Martín Bravo